Radiofrecuencia, Diatermia, Termoterapia… La
Radiofrecuencia está de moda. De hecho lleva décadas siendo utilizada por y
para la belleza de cuerpo y rostro, aparte de otras interesantes
aplicaciones como el tratamiento del dolor. Por eso hoy ocupa
nuestras páginas por derecho propio con las reflexiones y opiniones, además, de
figuras expertas.
FueJoule quien descubrió el principio que lleva su nombre según el cual todo conductor se calienta cuando pasa una corriente eléctrica a través suyo. En 1879, otro investigador, Ward, comienza los ensayos con corrientes de alta frecuencia, dándose cuenta de que a mayor frecuencia disminuyen las interacciones con los sistemas eléctricos del organismo. Tesla y D‘Arsonval afianzan estos conocimientos demostrando que la corriente alterna a una frecuencia superior a 10 kilociclos no tiene efectos nocivos sobre el organismo humano y que es capaz de calentar los tejidos en profundidad. A finales del siglo XIX, Von Zeyneck logra la primera aplicación demostrada del efecto Joule en el ser humano. Ya en el siglo XX, en 1908 publica un artículo donde describe diez casos de artritis tratados con el nuevo método. A partir de ese momento, médicos e ingenieros se esfuerzan por aportar más datos que confirmen el procedimiento.
Dos años más tarde, Naegelschmidt estudia la acción calórica de las corrientes de alta frecuencia, efecto al que da el nombre de transtermia y, posteriormente, el de diatermia, con el que hoy en día se conoce. Había nacido la termoterapia profunda.
LA ERA DE LA DIATERMIA
Los estudios de la aplicación terapéutica de las corrientes alternas dieron lugar finalmente a la génesis de la era de la diatermia. Con ella se había adquirido un procedimiento para poder elevar la temperatura del cuerpo o de cualquier territorio orgánico sin necesidad de aportar el calor desde el medio externo, sino que por el contrario, este calor estaba engendrado en la profundidad misma de los tejidos.
APARATOLOGÍA
El aparato de Diatermia permite hacer circular una corriente de radiofrecuencia por el cuerpo humano. Circula entre la placa activa de aplicación y la placa pasiva metálica masa. Ambas placas están aisladas del exterior por medio de un cable grueso blindado con conector de radiofrecuencia. Esta corriente tiene la propiedad de atravesar materiales aislantes.
Pero, ¿por qué una corriente de radiofrecuencia? Se utiliza este tipo de corriente porque consiste en un procedimiento de termoterapia por conversión de energía eléctrica que utiliza corrientes alternas frecuencia muy elevada. Es por esta abundancia de cambios de polaridad de la corriente por segundo por la que una corriente eléctrica no es perjudicial para el cuerpo humano (en contraste con la peligrosidad de la baja frecuencia del alumbrado doméstico, por ejemplo). Como el calentamiento se produce en toda la extensión del circuito de tejidos comprendidos entre los electrodos, no importa la profundidad a la que se encuentren.
Por lo tanto, el primer efecto del paso de corriente de radiofrecuencia a través de todo tipo de tejidos es el aumento de temperatura. Este calentamiento, aún siendo moderado, tiene grandes efectos puesto que se produce en toda la masa viva. Sin embargo, no es comparable a un calentamiento “desde la superficie” como el que puede producir un baño caliente. La mayoría de reacciones en el seno de los tejidos se acelera por la presencia de un campo eléctrico intensivo, como es el que se produce al aplicar la corriente de radiofrecuencia en un circuito en el que el cuerpo humano es el que actúa como resistencia.
Los productos penetran más rápidamente gracias a la acción vasodilatadora que provoca el calor. Los tejidos absorben la energía de la corriente de radiofrecuencia selectivamente, produciéndose así un calentamiento selectivo de ciertos tejidos tales como la corriente no sólo atraviesa el material que recubre el electrodo activo, sino que también penetra a través de las capas de grasa o las zonas poco irrigadas del cuerpo humano. La piel, la musculatura, el tejido adiposo, el tejido óseo, etc. La célula se equilibra eléctricamente. Y la temperatura aumenta. Por lo tanto, se activa el sistema de refrigeración corporal. Aún así cabe decir que el calentamiento superficial no es el determinante para elaborar un tratamiento.
Al propio tiempo de producir una elevación en el interior de los tejidos, se pone en marcha el sistema de refrigeración corporal al detectarse en ellos una elevación de temperatura. Este sistema de refrigeración por sangre permite disminuir la temperatura de los tejidos y aportar a esas células todas las sustancias que lleva la sangre.
Por ello, conseguiremos una mejora de los tejidos en un número corto de tratamientos.
Efectos del calor sobre los tejidos humanos:
- Efecto vasomotor: vasodilatación local, elevación de la temperatura, hiperemia, aumento del metabolismo celular.
- Efecto sobre la conductibilidad térmica del organismo.
- Reduce la excitabilidad neuromuscular, por lo que reduce la espasticidad temporalmente.
- Aumenta el metabolismo celular de los músculos y glándulas sudoríparas.
- Efecto antiálgico, por activación hipofisaria, liberación de ACTH, que favorece la secreción de hidrocortisona; antiinflamatorio. Liberación de endorfinas, con lo que disminuye la sensación dolorosa.
- Bienestar psicológico.
Los cambios biológicos más importantes que se experimentan a nivel interno con la corriente capacitiva son:
Aumento notable del riego sanguíneo, aumento de la temperatura interna en varios grados, distribuidos en forma homogénea en la masa del tejido tratado, aumento de la tensión de oxígeno en la sangre, estimulación de las defensas naturales del organismo, reducción de la tensión de ácido carbónico, aumento local de los líquidos circulantes, disminución de la vida media de los catabolitos tóxicos, entre ellos los radicales libres, aumento de las defensas del organismo, aumento de la velocidad de las reacciones metabólicas, aumento de la velocidad de descomposición, absorción y asimilación de los productos como cremas, geles o ampollas introducidos, en el orden de 1 gramo/minuto, reconocimiento eléctrico de la zona donde existe una disfunción, drenaje de las toxinas en el Sistema Básico de Pischinger (medio intercelular), equilibrio de la frecuencia de la vibración u oscilación de la resonancia celular, mejora importante de los intercambios de nutrición metabólicos de las células.
APLICACIONES ESTÉTICAS
Es primordial el uso del producto adecuado de acuerdo al tratamiento que se desee realizar. Nos permite realizar un abanico muy amplio de tratamientos sólo cambiando el producto. La corriente transporta los principios activos del gel, de la crema o de la ampolla introducidos a mayor profundidad a causa de su efecto de vasodilatación. Por ejemplo: un gel reafirmante tendrá un efector tensor o una crema anticelulítica tendrá un efecto anticelulítico.
Sin riesgos, sin invasiones…
Cada vez hay más personas interesadas en mejorar su aspecto y paliar los efectos del paso de los años con tratamientos no invasivos en los que no se introducen productos o elementos externos, o que producen grandes agresiones o entrañan grandes riesgos. En este contexto destacamos la radiofrecuencia como un clásico que se renueva con cada nuevo avance tecnológico, una aparatología imprescindible en los centros de estética por sus resultados, su fiabilidad y por su rentabilidad.
Para los que aún no conozcan la radiofrecuencia (también llamada diatermia en el ámbito médico), se define como un conjunto de ondas electromagnéticas que, al aplicarse sobre la piel, provocan un movimiento rotacional de las moléculas que genera calor.
Este aumento de temperatura va a favorecer la formación de colágeno nuevo y el tensamiento del ya existente; el rejuvenecimiento de la zona tratada; el aumento de la microcirculación de la zona; la eliminación de las zonas adiposas localizadas y la mejora del drenaje linfático.
En el mercado tenemos disponibles multitud de opciones de radiofrecuencia (unipolar, bipolar, tripolar, con distintas longitudes de onda, con distintos cabezales, etc.) que, a menudo, pueden hacer que se nos presenten dudas a la hora de decidirnos.
Podemos señalar que lo más importante de cara a elegir un equipo de radiofrecuencia es que nos fijemos en las características técnicas de la máquina, destacamos, entre otras:
1. Longitud de onda entre 1-10 Mhz que asegura la penetración adecuada.
2. Tipo de radiofrecuencia: unipolar dermocontrolada, para asegurarnos unos buenos resultados tanto a nivel facial como corporal pero que trabajemos de manera segura al poder dermocontrolar la penetración y temperatura de trabajo.
3. Que disponga de varios cabezales para las distintas zonas de tratamiento.
El tratamiento de radiofrecuencia está indicado para todas las personas que deseen:
- A nivel a facial, la realización de lifting faciales, tratamientos de reafirmación de la piel, rejuvenecimiento de la zona tratada, refinación de los poros, eliminación de arrugas, mejora de las ojeras y bolsas.
- A nivel corporal, mejora de estrías y remodelación de todas las zonas corporales, mejora de la celulitis superficial y de la microcirculación de la zona.
Por último destacamos que apenas tiene contraindicaciones, es apto para protocolos a medio plazo y para sesiones únicas o “flash”, para rostro y cuerpo y para todo tipo de pieles y épocas del año. Además, es fácil de usar y no tiene consumibles.
FueJoule quien descubrió el principio que lleva su nombre según el cual todo conductor se calienta cuando pasa una corriente eléctrica a través suyo. En 1879, otro investigador, Ward, comienza los ensayos con corrientes de alta frecuencia, dándose cuenta de que a mayor frecuencia disminuyen las interacciones con los sistemas eléctricos del organismo. Tesla y D‘Arsonval afianzan estos conocimientos demostrando que la corriente alterna a una frecuencia superior a 10 kilociclos no tiene efectos nocivos sobre el organismo humano y que es capaz de calentar los tejidos en profundidad. A finales del siglo XIX, Von Zeyneck logra la primera aplicación demostrada del efecto Joule en el ser humano. Ya en el siglo XX, en 1908 publica un artículo donde describe diez casos de artritis tratados con el nuevo método. A partir de ese momento, médicos e ingenieros se esfuerzan por aportar más datos que confirmen el procedimiento.
Dos años más tarde, Naegelschmidt estudia la acción calórica de las corrientes de alta frecuencia, efecto al que da el nombre de transtermia y, posteriormente, el de diatermia, con el que hoy en día se conoce. Había nacido la termoterapia profunda.
LA ERA DE LA DIATERMIA
Los estudios de la aplicación terapéutica de las corrientes alternas dieron lugar finalmente a la génesis de la era de la diatermia. Con ella se había adquirido un procedimiento para poder elevar la temperatura del cuerpo o de cualquier territorio orgánico sin necesidad de aportar el calor desde el medio externo, sino que por el contrario, este calor estaba engendrado en la profundidad misma de los tejidos.
APARATOLOGÍA
El aparato de Diatermia permite hacer circular una corriente de radiofrecuencia por el cuerpo humano. Circula entre la placa activa de aplicación y la placa pasiva metálica masa. Ambas placas están aisladas del exterior por medio de un cable grueso blindado con conector de radiofrecuencia. Esta corriente tiene la propiedad de atravesar materiales aislantes.
Pero, ¿por qué una corriente de radiofrecuencia? Se utiliza este tipo de corriente porque consiste en un procedimiento de termoterapia por conversión de energía eléctrica que utiliza corrientes alternas frecuencia muy elevada. Es por esta abundancia de cambios de polaridad de la corriente por segundo por la que una corriente eléctrica no es perjudicial para el cuerpo humano (en contraste con la peligrosidad de la baja frecuencia del alumbrado doméstico, por ejemplo). Como el calentamiento se produce en toda la extensión del circuito de tejidos comprendidos entre los electrodos, no importa la profundidad a la que se encuentren.
Por lo tanto, el primer efecto del paso de corriente de radiofrecuencia a través de todo tipo de tejidos es el aumento de temperatura. Este calentamiento, aún siendo moderado, tiene grandes efectos puesto que se produce en toda la masa viva. Sin embargo, no es comparable a un calentamiento “desde la superficie” como el que puede producir un baño caliente. La mayoría de reacciones en el seno de los tejidos se acelera por la presencia de un campo eléctrico intensivo, como es el que se produce al aplicar la corriente de radiofrecuencia en un circuito en el que el cuerpo humano es el que actúa como resistencia.
Los productos penetran más rápidamente gracias a la acción vasodilatadora que provoca el calor. Los tejidos absorben la energía de la corriente de radiofrecuencia selectivamente, produciéndose así un calentamiento selectivo de ciertos tejidos tales como la corriente no sólo atraviesa el material que recubre el electrodo activo, sino que también penetra a través de las capas de grasa o las zonas poco irrigadas del cuerpo humano. La piel, la musculatura, el tejido adiposo, el tejido óseo, etc. La célula se equilibra eléctricamente. Y la temperatura aumenta. Por lo tanto, se activa el sistema de refrigeración corporal. Aún así cabe decir que el calentamiento superficial no es el determinante para elaborar un tratamiento.
Al propio tiempo de producir una elevación en el interior de los tejidos, se pone en marcha el sistema de refrigeración corporal al detectarse en ellos una elevación de temperatura. Este sistema de refrigeración por sangre permite disminuir la temperatura de los tejidos y aportar a esas células todas las sustancias que lleva la sangre.
Por ello, conseguiremos una mejora de los tejidos en un número corto de tratamientos.
Efectos del calor sobre los tejidos humanos:
- Efecto vasomotor: vasodilatación local, elevación de la temperatura, hiperemia, aumento del metabolismo celular.
- Efecto sobre la conductibilidad térmica del organismo.
- Reduce la excitabilidad neuromuscular, por lo que reduce la espasticidad temporalmente.
- Aumenta el metabolismo celular de los músculos y glándulas sudoríparas.
- Efecto antiálgico, por activación hipofisaria, liberación de ACTH, que favorece la secreción de hidrocortisona; antiinflamatorio. Liberación de endorfinas, con lo que disminuye la sensación dolorosa.
- Bienestar psicológico.
Los cambios biológicos más importantes que se experimentan a nivel interno con la corriente capacitiva son:
Aumento notable del riego sanguíneo, aumento de la temperatura interna en varios grados, distribuidos en forma homogénea en la masa del tejido tratado, aumento de la tensión de oxígeno en la sangre, estimulación de las defensas naturales del organismo, reducción de la tensión de ácido carbónico, aumento local de los líquidos circulantes, disminución de la vida media de los catabolitos tóxicos, entre ellos los radicales libres, aumento de las defensas del organismo, aumento de la velocidad de las reacciones metabólicas, aumento de la velocidad de descomposición, absorción y asimilación de los productos como cremas, geles o ampollas introducidos, en el orden de 1 gramo/minuto, reconocimiento eléctrico de la zona donde existe una disfunción, drenaje de las toxinas en el Sistema Básico de Pischinger (medio intercelular), equilibrio de la frecuencia de la vibración u oscilación de la resonancia celular, mejora importante de los intercambios de nutrición metabólicos de las células.
APLICACIONES ESTÉTICAS
Es primordial el uso del producto adecuado de acuerdo al tratamiento que se desee realizar. Nos permite realizar un abanico muy amplio de tratamientos sólo cambiando el producto. La corriente transporta los principios activos del gel, de la crema o de la ampolla introducidos a mayor profundidad a causa de su efecto de vasodilatación. Por ejemplo: un gel reafirmante tendrá un efector tensor o una crema anticelulítica tendrá un efecto anticelulítico.
Sin riesgos, sin invasiones…
Cada vez hay más personas interesadas en mejorar su aspecto y paliar los efectos del paso de los años con tratamientos no invasivos en los que no se introducen productos o elementos externos, o que producen grandes agresiones o entrañan grandes riesgos. En este contexto destacamos la radiofrecuencia como un clásico que se renueva con cada nuevo avance tecnológico, una aparatología imprescindible en los centros de estética por sus resultados, su fiabilidad y por su rentabilidad.
Para los que aún no conozcan la radiofrecuencia (también llamada diatermia en el ámbito médico), se define como un conjunto de ondas electromagnéticas que, al aplicarse sobre la piel, provocan un movimiento rotacional de las moléculas que genera calor.
Este aumento de temperatura va a favorecer la formación de colágeno nuevo y el tensamiento del ya existente; el rejuvenecimiento de la zona tratada; el aumento de la microcirculación de la zona; la eliminación de las zonas adiposas localizadas y la mejora del drenaje linfático.
En el mercado tenemos disponibles multitud de opciones de radiofrecuencia (unipolar, bipolar, tripolar, con distintas longitudes de onda, con distintos cabezales, etc.) que, a menudo, pueden hacer que se nos presenten dudas a la hora de decidirnos.
Podemos señalar que lo más importante de cara a elegir un equipo de radiofrecuencia es que nos fijemos en las características técnicas de la máquina, destacamos, entre otras:
1. Longitud de onda entre 1-10 Mhz que asegura la penetración adecuada.
2. Tipo de radiofrecuencia: unipolar dermocontrolada, para asegurarnos unos buenos resultados tanto a nivel facial como corporal pero que trabajemos de manera segura al poder dermocontrolar la penetración y temperatura de trabajo.
3. Que disponga de varios cabezales para las distintas zonas de tratamiento.
El tratamiento de radiofrecuencia está indicado para todas las personas que deseen:
- A nivel a facial, la realización de lifting faciales, tratamientos de reafirmación de la piel, rejuvenecimiento de la zona tratada, refinación de los poros, eliminación de arrugas, mejora de las ojeras y bolsas.
- A nivel corporal, mejora de estrías y remodelación de todas las zonas corporales, mejora de la celulitis superficial y de la microcirculación de la zona.
Por último destacamos que apenas tiene contraindicaciones, es apto para protocolos a medio plazo y para sesiones únicas o “flash”, para rostro y cuerpo y para todo tipo de pieles y épocas del año. Además, es fácil de usar y no tiene consumibles.
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